
Una joven de 19 años que permanece internada junto a su bebé de 19 días en el Hospital Santojanni tras el derrumbe de la vivienda en el barrio porteño de Floresta le salvó la vida a su hijo al abrazarlo, y ambos están fuera de peligro, al igual que la abuela del pequeño (54), que presenta algunos traumatismos, contó el subdirector de ese centro asistencial, Gabriel Carqueijeda.
En tanto, el padre del bebé es uno de los fallecidos en el colapso del predio, y fue identificado como Jefferson Aquino, también de 19 años. La otra víctima fatal es Gabriela Jamile, de 12 años, y 15 personas resultaron heridas.
«Hay una señorita de 19 años, que tiene un bebe de 19 días y lo tenemos en nuestra terapia intermedia en buen estado, ya se está alimentando y se le hicieron todos los estudios correspondientes, laboratorio, ecografía y radiografías», informó Carqueijeda desde la puerta del hospital.
Además, indicó que el bebé «no demuestra ningún tipo de lesión, parece que fue abrazado por la madre y ella tiene varias escoriaciones y algunas heridas, mientras que la madre de esta joven, de 54 años, también tiene algunas escoriaciones y heridas».
«El bebé no demuestra ningún tipo de lesión, parece que fue abrazado por la madre y ella tiene varias escoriaciones y algunas heridas» Gabriel Carqueijeda
Carqueijeda aseguró que en estos días «el hospital le va a brindar una habitación hasta que Trabajo Social le pueda encontrar algún lugar donde vivir o estar» a la joven y su bebé.
«La mujer de 54 años ya está fuera de peligro, con una herida importante en su mano derecha, fractura del brazo izquierdo, con yeso colocado, un collar de filadelfia e inmovilización por varios traumatismos, por lo que ya puede ser derivada a (la obra social) Osecac si nos dan la cama, pero momentáneamente se quedará en nuestra guardia internada», aseguró.
El derrumbe
El derrumbe se produjo cerca de la 1.35 en un inmueble tipo PH situado en Rivadavia al 8758, esquina Lacarra, en el que vivían «al menos 30 familias, y unas 150 personas», según el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME).
Las 15 personas heridas fueron trasladas a diferentes centros de salud de la ciudad de Buenos Aires.
En el Hospital Piñero permanecen internados una niña y su madre, ambos con politraumatismos y fuera de peligro; en tanto en igual estado se encuentran dos jóvenes derivados al Hospital Álvarez.
Un matrimonio con sus dos hijos fueron derivados al Hospital Vélez Sarsfield, y ya fueron dados de alta; mientras que dos personas que estaban en el Ramos Mejía se retiraron por sus propios medios.

En tanto, dos jóvenes continúan internados en el Hospital Álvarez, sin riesgo de vida con una mejora progresiva de su estado.
El jefe de Bomberos de la ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Moriconi, afirmó esta mañana que «no se encontraron personas vivas atrapadas» entre los escombros del derrumbe, aunque señaló que aún resta «mover escombros para verificar si hay personas fallecidas», pero que esperarán «establecer las medidas de seguridad adecuadas para ingresar» al inmueble.
En tanto, este mediodía permanecía desaparecida al menos una mujer de 72 años identificada como Felicitas Cherres, cuyos familiares aseguran que estaba en el lugar al momento del derrumbe.
«Nos sacaron por el techo del negocio de al lado»
Un sobreviviente del derrumbe de una vivienda en el barrio porteño de Floresta, que vive en el lugar hace 17 años, aseguró que se salvó «por segundos» ya que acababa de salir del baño cuando éste se desplomó ante sus ojos, por lo que él y su familia debieron ser rescatados «por el techo del negocio» contiguo al inmueble.
«A mí se me cayó todo el baño, me salvé por segundos porque (momentos antes del derrumbe) me estaba lavando los dientes», contó a Télam Marvin Meza, tras el colapso esta madrugada del predio que dejó un saldo de dos muertos y quince heridos.
«Vivo al fondo, salí, abrí la puerta y vi todos los escombros de la parte del medio que se cayó», describió el hombre en la vereda del inmueble desplomado.
«Salí con mi hija y mi mujer, nos sacaron por el techo del negocio de al lado. Estoy un poco nervioso todavía», admitió Meza, quien debió salir con la ropa que tenía puesta y lo poco que pudo juntar en una mochila.
Oriundo de Perú, el hombre vive hace 17 años en este inmueble tipo PH, ubicado en Rivadavia al 8758, que habitaban unas 30 familias, alrededor de 100 personas, de nacionalidad peruana, boliviana y argentina, según el mismo confirmó.
Un joven de 19 años y una niña de 12 murieron y otras 15 personas resultaron heridas tras el derrumbe, que se produjo cerca de la 1.35, mientras que permanece desaparecida al menos una mujer de 72 años, informaron fuentes sanitarias y policiales.
Al respecto, el jefe de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Carlos Moriconi, dijo que «no se encontraron personas vivas atrapadas» y que resta esperar que se pueda «mover los escombros para verificar si hay personas fallecidas».
Varias familias fueron evacuadas por el Gobierno porteño al parador Hogar de Tránsito Uspallata para pasar la noche, pero abandonaron el lugar esta mañana.
«Fuimos con la idea de que nos llevaban y nos traían, pero nunca nos trajeron, nos vinimos por nuestra cuenta. La única asistencia que nos dio (el gobierno de) la Ciudad fue quedarnos en los paradores y nada más», aseguró Meza tras pasar la noche en ese parador.
«Volvimos porque queremos ver qué solución va a haber, si nos van a reubicar o nos van a mandar a otro lugar o al menos sacar algo de las cosas», agregó.
Respecto al inmueble, precisó que «no pagaba alquiler», pero sí «luz, agua, ABL» y que se trata de «una casa abandonada, no es usurpada».
«Lo importante es aclarar la situación porque se está diciendo que vivían drogadictos, delincuentes. (Volvimos) de los paradores porque queremos al menos que escuchen la verdad», aseveró Meza, que trabaja en una empresa de confección de ropa.
«Trabajo ahí hace un par de años, en blanco, pago mis impuestos. No tengo nada que ocultar, nada ilegal que estar haciendo», apuntó.
En el mismo sentido se expresó Rosmery Chuquimia, boliviana y referente del Frente Social Migrante, que en diálogo con Télam denunció «xenofobia y racismo».
«Lo malo acá es la especulación televisiva de los canales que yo vi que incriminaban las familias que son trabajadores textiles. No funcionaba un taller ahí adentro como decían, tienen material (textil) que venden. Cualquier persona compra, vende y revende con factura», aseveró la mujer, que no vive en el lugar pero se acercó para ayudar.
«Eso es xenofobia, racismo. No se puede dar medios de comunicación que malversen la situación vulnerable de una familia que está pasando una catástrofe», agregó.
«Todos somos de trabajo, no como habla la gente que dice que somos talleres clandestinos. Eso es una mentira», dijo por su parte Betty Giménez, de 47 años, que sobrevivió al derrumbe junto a su hija de 10 años.
«Soy madre soltera y trabajo, todos trabajamos», enfatizó a Télam la mujer, que hace limpieza en casas particulares.
«Ahora justamente las chicas de donde trabajo me van a venir a ayudar y a traerme un par de zapatillas, porque salí así nomás», contó Giménez, quien calzaba unas ojotas y lo puesto en el momento en que el inmueble se desplomó.
«Queremos una respuesta del gobierno de la Ciudad. Queremos que nos ayuden a encontrar una vivienda», apuntó.